El linfedema es una afección crónica que se produce por una acumulación anormal de líquido linfático en los tejidos debido a un fallo en el sistema linfático. Este sistema es responsable de drenar el exceso de líquido de los tejidos y devolverlo al torrente sanguíneo, y cuando no funciona correctamente, el líquido se acumula, causando hinchazón, generalmente en los brazos o las piernas.
El linfedema puede ser primario, debido a malformaciones congénitas del sistema linfático, o secundario, causado por daño a los vasos linfáticos o ganglios, comúnmente después de una cirugía, radioterapia o infección.
Los síntomas incluyen hinchazón, pesadez, tensión en la piel y, en casos avanzados, cambios en la textura de la piel, infecciones recurrentes y limitación funcional. El tratamiento se centra en la reducción del edema mediante terapia física, compresión y, en algunos casos, procedimientos quirúrgicos. Es fundamental un manejo temprano y constante para prevenir complicaciones graves.
Hinchazón persistente, en las extremidades (brazos, piernas o pies) que no disminuye con el descanso o que aparece después de una cirugía, radioterapia o infección.
Sensación de pesadez, tensión o rigidez en la piel de la zona afectada.
Cambios en la piel como engrosamiento, endurecimiento, enrojecimiento o aumento de la sensibilidad.
Infecciones frecuentes en el área inflamada, como celulitis o erisipela.
Diagnóstico de cáncer y tratamientos asociados que involucren extirpación o daño a los ganglios linfáticos, como en el caso de la cirugía por cáncer de mama.
Antecedentes familiares de linfedema o malformaciones congénitas del sistema linfático.
Linfedema primario
Linfedema secundario
Edemas crónicos
Prevención y manejo de infecciones recurrentes
Trastornos circulatorios asociados
Terapias de compresión
Cuidados avanzados de la piel
Asesoramiento en ejercicios terapéuticos
Control del dolor y manejo de síntomas
Educación del paciente y familiares
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